Está mañana me he levantado feliz, con ganas de hacer cosas, tenia muchas pendientes.
Entre esas muchas cosas, me he puesto a arreglar el despacho, que hace tiempo que me gritaba «ordenameeee ordenameeee» y mientras yo miraba para otro lado fingiendo no verlo.
He empezado a ordenar libros, tirar papeles, ordenar facturas y despejar un poco la mesa.
Entre las cosas que hice también he cambiado el contestador telefónico que hacía tiempo que no funcionaba, por un viejo contestador que tenía aparcado y que no sabía ni siquiera si funcionaría.
Así que lo he conectado y funcionaba bien, estupendo. Al conectarlo, he visto que había mensajes de voz antiguos y la curiosidad me ha hecho escucharlos antes de borrarlos.
Al hacerlo he escuchado tu voz.
Dios mío, tú voz!!!. Tú alegre voz…..he sentido recorrer mi cuerpo por un torrente de emociones y sentimientos, como diría Serrat * en su canción, he recibido » un gancho directo al corazón”.
Montones de recuerdos se han apoderado de mí. He escuchado de nuevo tu voz!!!.
«Hola Mari, llego en 20 m «.
Una frase nada relevante en otras circunstancias, pero que ha creado todo un cataclismo en mi interior.
Por un instante he retrocedido en el tiempo, pensado que realmente vendrías, que vendrías en 20 m.
Como si nada hubiera pasado, como si vinieras a casa un día normal y estuvieras de nuevo con nosotros. Que alegría la sorpresa de tu voz y que dolor la realidad.
El corazón me ha dado un vuelco al recordar que ya no estás y que nunca vendrás.
Porque tu corazón se negó a latir aquella tarde de lluvia y no vas a volver y las lágrimas se han agolpado en mis ojos.
Pronto hará 10 años ya .Pero ya ves…el corazón no entiende de edades ni de tiempos ni de estados.
Y el mío te recordará siempre.
María José Used
Junio 2017
*Canción de Serrat
Viene a tu encuentro
desde el olvido,
reclamando una deuda
que nunca acabas de pagar,
arrastrando lo que fue
y lo que pudo hacer sido,
y se pone a revolver
en el poso del ayer.
Y te manda a la lona
de un gancho al corazón
una vieja canción
pasada de moda,
que a tu pesar invoca
los besos del ayer
y los vuelve a poner
en tu boca.
Y nos toma,
nos trae,
nos lleva,
nos hiere,
y nos mata,
tan dulce
y tan ingrata,
una vieja canción.
Rastreando lo que fuiste,
con la memoria infiel,
buscarás por aquel
tiempo que ya no existe
los restos del naufragio
que hoy devuelve la mar
al volverla a escuchar
por la radio.